Evolución histórica
En Grecia, Sócrates abogaba por que el aborto fuera un derecho materno. La primera referencia al aborto se encuentra en los libros atribuidos a Hipócrates, en cuyo juramento se prohíbe una forma de aborto que dañaba la salud de la mujer.
Los antiguos griegos apoyaban el aborto para regular el tamaño de la población y mantener estables las condiciones sociales y económicas. Platón recomendaba (sin considerarlo obligatorio) el aborto a las mujeres embarazadas mayores de 40 años (o si su compañero era mayor de 50 años), y además veía la terminación del embarazo no deseado como un medio para perfeccionar el propio cuerpo.
Aristóteles sostenía que el feto se convierte en 'humano' a los 40 días de su concepción, si es masculino, y a los 90, si es femenino. Aristóteles recomendaba el aborto para limitar el tamaño de la familia, y en su Política lo dejaba librado a la madre, salvo que se tratara de cuestiones de Estado.
Según el derecho romano, al nasciturus no se lo consideraba persona, por lo que en la Antigua Roma el aborto estaba permitido; aunque, sin embargo, sí se le reconocían derechos. Por ejemplo, si la mujer embarazada estaba condenada a muerte, la ejecución se posponía hasta el nacimiento. También, si el padre del nonato era senador al momento de la concepción, el bebé nacía con los privilegios de un hijo de senador. En la época de Ovidio debió ser muy extendido, pues este autor escribió lo siguiente, refiriéndose a las clases superiores:
Nunc uterum vitiat quae vult formosa videri, Raraque, in hoc aevo, est quae velit esse parens.
(Que puede traducirse como sigue: "Ahora corrompe su vientre la que quiere verse hermosa, y es rara, en esta época, la que quiere ser madre.")
En el siglo II encontramos el primer registro de leyes promulgadas por el Estado contra el aborto, decretando el exilio contra madres y condenando a los que administraban la pócima abortiva a ser enviados a ciertas islas, si eran nobles, o a trabajos en las minas de metal, si eran plebeyos.
En la Edad Media, el derecho canónico distinguía el corpus formatum del corpus informatum. El primero es aquél que se halla en condiciones de recibir el alma, convirtiéndose en feto animado; el segundo es el que no había llegado a ese estado. Hubo división, pero en general se sostuvo que el surgimiento de "lo humano" tenía lugar 40 días después de la concepción, en los varones, y 80 días, en las mujeres, siguiendo a Aristóteles.
Antes de la invención del condón en el siglo XVIII no existían métodos anticonceptivos seguros. Se recurría al infanticidio y al aborto como medios "pacíficos" para limitar la población.
Durante el siglo XVIII muchos países del mundo crearon leyes que convertían el aborto en ilegal.
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